COPA DE LA LIGA PROFESIONAL DE FUTBOL 2023, FECHA Nº 10: San Lorenzo de Almagro 1 – Platense 1

Por Juan Pablo Cuello Morales

En un partido mal jugado, que solo logró agarrar ritmo sobre el tramo final, San Lorenzo y Platense repartieron justas unidades por lo protagonizado tanto por unos como por otros a lo largo del mismo.

El primer tiempo fue chato, con traslados aletargados del balón por parte de ambos equipos, demostrando que la riqueza futbolística no es el fuerte de estas esforzadas escuadras que, así y todo, han logrado realizar campañas aceptables en el contexto de la mediocridad de nuestra Liga de Elite.

Fue el local quien tuvo una mayor intencionalidad, sobre todo en la desfachatez del «Perrito» Barrios. Fue protagonista -lejos- de los mejores momentos futbolísticos de los primeros 45 minutos con su natural habilidad. Y también de la situación de mayor tensión cuando promediando la etapa recibió una fuerte -pero no intencional- entrada por parte del mediocampista «Calamar» Castro, quien no pudiendo evitar el choque deslizó su pierna izquierda con peligrosidad sobre la diminuta humanidad del volante ofensivo local.

Aquí es donde se hizo presente por primera vez el VAR en el partido, tras una sanción de infracción y amonestación hacia el jugador visitante por parte del tedioso Juez del encuentro, Silvio Trucco. Mientras Barrios yacía «dolorido» en el piso, los jugadores del equipo local no dudaron en rodear al referí para obligar a la revisión, llegando a la conclusión el Juez de VAR (Andrés Merlos) que la decisión tomada por el Principal de Campo había sido acertada.

En lo personal, entiendo que fue acertada, porque si realmente Nicolás Castro quisiera «romper» a Nahuel Barrios, hoy estaría siendo intervenido quirúrgicamente por una fractura expuesta. Ni hubo intención ni existió un contacto lo suficientemente fuerte, más allá de la situación temeraria. Pero lo poco que te da Trucco te lo quita y con intereses, más si se trata de Platense, como veremos.

Una cabal muestra de lo que fue el primer tiempo del partido

Ya en la etapa complementaria, Platense no perdió el orden, sobre todo en su línea de centrales, que lograron fagocitarse a los pocos atacantes «azulgranas», en especial al raramente temperamental Adam Bareiro, quien sufrió el rigor que le impuso Gastón Suso durante todo el encuentro. Pero sufrió en demasía -y nuevamente- por el sector izquierdo, donde los extremos del equipo comandando por el «Gallego» Ínsua se hicieron un festín a las espaldas de Juan Infante, quien está jugando ya en un nivel marcadamente inferior para lo que se espera de un futbolista de primera división.

La primera ventana de sustituciones de Martín Palermo estuvo acertada, más allá de la discutible salida de Sasha Marcich, uno de los pocos futbolistas con ideas dentro del esquema inicial en el «Marrón». Tanto Agustín Ocampo como Maximiliano Zalazar fueron determinantes para que Platense tuviese un juego más directo y pudiese finalmente aprovechar los espacios que dejaba un San Lorenzo de retrocesos caóticos a las espaldas del veterano Carlos Sánchez. De una acción recuperada en defensa, surgió la jugada del gol del jóven extremo cuyo pase pertenece a Boca Juniors, convirtiendo su tercer gol como profesional y segundo consecutivo de su carrera.

Pero quizo el Entrenador visitante repetirse en el clásico error de defender con un central más cuando el partido -insisto- se encontraba plenamente controlado por la dupla de centrales. Por eso resulta cuestionable la sustituciòn de Marcich por un insulso Gonzalo Valdivia. Haber mantenido a Sasha en la línea lateral y haber hecho ingresar a Ferreyra por Infante hubiese sido la real solución para lograr cerrar ese interminable callejón que se abría por el sector izquierdo de la defensa visitante.

Ínsua leyó todo con los ojos cerrados, y dispuso el ingreso de extremos que jugaran por su sector derecho. Así llegó el centro que terminaría con el cabezazo goleador de Bareiro sobre el final del tiempo reglamentario, aunque merece otra consideración de análisis toda la jugada en si por lo erróneamente actuado -en esta oportunidad- por el tandem Trucco-Merlos.

En el génesis de la jugada, Bareiro comete una dura infracción sobre su marcador Vázquez. Es cierto, el central salió lejos de su posición a rechazar de cabeza y con posición ganada. Bareiro se agacha y suciamente codea al jugador de Platense, quien acusa el impacto y yace tendido en el suelo. Así surgiría luego el despeje que le posibilitó la evolución del recientemente ingresado Hausch por el sector derecho, quien lanzó el centro que un Bareiro sin oposición alguna terminó cabeceando hacia dentro del arco. Vázquez, su marcador, no se encontraba en el área, y el ingresado Jacquet no contaba con ninguna referencia, lo que hizo que molestara a Macagno más que auxiliarlo, quien se quedó atornillado prácticamente sobre la línea de gol.

La acción no se revisó, y aún gracias a la bravuconada del atacante «guaraní», que rápidamente fue a gozarle la situación a Gastón Suso, quien afortunadamente no reaccionó. Un verdadero hito en su mediocre carrera, lograr un nuevo empate para su equipo sobre la hora y ante Platense en condición de local, gritándole el gol en la cara a un rival que lo tuvo a mal traer durante todo el partido y al cual no le ganó tampoco ni la posición ni el cabezazo. Humo total, justa amonestación.

Silvio Trucco termina amonestando a Adam Bareiro tras la bravuconada cometida ante Gastón Suso tras convertir el gol del empate.

Recuerdos de aquel partido de primera fecha de eliminatorias para el Mundial de Qatar 2022 ante la silenciosa «Bombonera» ante Ecuador, aquel gol de Messi no convalidado por una infracción previa en el comienzo de la jugada por parte de Nicolás González. Trucco se cobró la que no se animó a sancionar en la primera etapa, y encontró en el tibio Merlos el socio perfecto para la felonía. Fue un gol ilícito. Uno más, que siempre termina perjudicando a un Platense que suma ya demasiados partidos consecutivos jugando en condición de visitante ante un San Lorenzo que parece siempre depender de una ayuda arbitral para poder rascarle algún empate o una triste victoria.

Así se terminó el partido. Con un Trucco en terreno de juego, se llame Silvio o Gisela, Platense nunca podrá terminar teniendo una alegría completa. Igualmente, la unidad valió como un triunfo y el estoicismo con el que se soportó el partido, más la rapidez y la inteligencia de los que realmente saben con el balón en el pie, terminaron construyendo un resultado que le dolió a los locales, quienes se alejan pasito a pasito, fechita a fechita, cada vez un poquito más de la posibilidad de poder jugar la próxima edición de la Copa Libertadores del próximo año.

Maximiliano Zalazar festeja el gol de la transitoria victoria «Calamar», tercero en su carrera profesional (todos con esta camiseta) y segundo convertido de manera consecutiva. Se transforma en el auténtico «Jugador Nº 12» del equipo en este tramo final de la Temporada. ¿Continuará o será refrescado por Boca Juniors?